viernes, 6 de julio de 2018

CAPÍTULO 2- DUELO



El duelo es la forma en que lidias con la idea de que una persona ya no estará más a tu lado.

Pasé por un estado de depresión intensa, mi vida no parecía tener la misma calidad de antes, estaba teniendo problemas constantes en el trabajo, mi carácter era explosivo, no tenía tanta paciencia, solo quería que acabara el día para poder ir a la cama a entretenerme en películas y series de televisión, o en cualquier cosa que me distrajera del dolor.

Tuve momentos en los que quería viajar 7 horas y arrodillarme a pedirle que volviera conmigo. Así de patético podría sonar para algunos. No quise hablarlo con alguien, debido a que no quería escuchar lo que ellos me iban a decir. “¡No te merece!, vales más que eso, es un estúpido, no vuelvas con él, no le llames” No hablaba de ello, porque en el fondo una parte de mi creía que había la forma en que pudiéramos volver y amarnos de nuevo. Pero mi parte racional me decía que ya nada iba a hacer como antes, era mejor que todo acabara antes de que terminara casándome y divorciándome enseguida, con tres niños llorando porque su padre no ama lo suficiente a su madre.
No voy a decirte que en un mes vas a olvidar y dejar de amar al que creías que era el amor de tu vida, porque sinceramente no desaparecerá nunca, es mentira eso de que el tiempo te hace olvidar. No olvidamos pero hay algo que si hace el tiempo, nos ayuda a aceptar que esa persona que amamos no nos ama desde hace un período y ya nos pertenece más; que debemos ser felices con los “quienes” que se quedan con nosotros y que darían su felicidad a cambio de la tuya. Encuentra la felicidad en tu madre, en tu padre, hermanos, sobrinos, tíos, abuelos, o en algún amigo cercano.

Cada mañana que me levantaba durante las tres semanas después de que Dylan terminara conmigo, era una lucha diaria interna. Apenas me levantaba y el dolor volvía, y yo me repetía en la mente “Vamos, tú puedes, todo va a mejorar” En ocasiones esa frase funcionaba pero en otras, sólo me hacía llorar y no querer levantarme de la cama todo el día.

Veintiún días habían pasado, y una mañana mientras jugaba en mi celular para mantener la mente ocupada, llegó un mensaje de él. A pesar de que ya habían pasado 21 días desde el verdadero rompimiento, al ver su nombre en mi pantalla, mi corazón enloqueció, mi lengua tenía un sabor amargo y mis labios me temblaban. Olvidé que estaba jugando y detuve el planeta por un minuto para leerlo. Muy en el fondo sabía que si lo leía, las cosas iban a cambiar mucho. Así fue. La situación empeoró.

El mensaje decía lo siguiente:
 Mindy, sé que no nos hemos hablado desde hace mucho tiempo, pero no quiero dejar un silencio perpetuo de simplemente desaparecer, quiero que sepas que eres la mujer que más he amado en mi vida y que cumpliré con la promesa que te hice de estar para ti siempre que me necesites. Te envío esto para decirte que te mereces mucha felicidad y por ello me mantendré fuera del margen y de no lastimarte más.

Me sentía devastada, me maldije por haber leído ese mensaje, comencé a llorar y a decir en voz alta “te odio, te odio, te odio” cerré mis puños, hasta que mis uñas me lastimaron la carne y una ira se formó dentro de mí. Después de eso hice la cosa más dolorosa y estúpida que pude haber hecho, guiándome por mi dolor e ira. Le contesté con una palabra “Cobardía”.

Eso era lo que pensaba de él en ese momento y tal vez lo siga pensando pero no era algo que tendría que haberle dicho, sólo quería lastimarle de vuelta, así como me había lastimado al decirme que se iba de mi vida, por decirme que me merecía lo mejor, si él era lo mejor para mí. En ese mensaje no expliqué el porqué de esa palabra. Y tal vez Dylan nunca vaya a saber por qué lo escribí. Pero ustedes sí.

La cobardía es cuando una persona se aleja ante las situaciones difíciles que se lleguen a presentar. No había mejor palabra que lo describiera. Decidió irse en cuanto tuvo la oportunidad, se rindió en lugar de pelear por mí, por salvar lo nuestro, porque me amaba, porque eso me había dicho al oído mientras hacíamos el amor… una semana antes de terminarme. He querido llamarle y decirle que lamento haberlo llamado cobarde y que estaba molesta, pero si lo hago al escuchar su voz, volveré a sacar, inventar y recrear esperanzas vacías de tener su amor devuelta.

Pero déjame decirte que a pesar de su cobardía ante mi situación, era muy valiente para todo lo demás. Vivía solo en una ciudad que no era la suya, trabajada arduamente todos los días, a pesar del miedo que tenía ante todo lo desconocido que se le presentaba, se levantaba a conquistar su éxito personal. Y yo lo admiraba por ello, y lo admiro aún.

La valentía en mi vida, consistía en dejar a lado mi avaricia y luchar por lo que valía la pena. Para mí lo que valía la pena era mi familia, mi novio en su momento y mis amigos cercanos. Por eso decidí tener un trabajo lo más cercano a mi nido. No me importaba el dinero de más que pudiera ganar en otra ciudad lejana, me importaba estar cerca de los que amo. Mi valentía fue quedarme con ellos. Aprovechar a mis padres antes de que Dios decidiera llevárselos.

No juzgo los motivos por los que Dylan hubiera decidido partir, él se sentía incompleto en nuestra ciudad, ni su familia, ni su comodidad, ni sus amigos, y ni yo, podíamos llenar esa parte vacía de su vida. El sufría tanto por no tener un empleo a su nivel de ingeniería. Me dolía verlo sufrir a diario por no encontrar algo suficiente bueno para él. Yo le pedía a Dios a diario porque llegara una oportunidad de trabajo buena. Y llegó mientras caminábamos bajo el Sol, después de haberme acompañado a mis citas en el hospital. Se sentía más animado, yo estaba tan feliz por él. En unos días más decidió irse a Monterrey con la certeza de que encontraría lo que buscaba. Y se fue.

Hablábamos por teléfono a diario pero por lapsos cortos de tiempo, ya que yo también trabajaba. Ambos estábamos cansados al final de la jornada, platicábamos lo relevante y dormíamos. Esto llegó a cansar a Dylan. El necesitaba a alguien que estuviera al 100 por ciento. ¡Pero vamos!, yo estaba a 7 horas, nunca podría estar al 100 con él. Se cansó de esto. Se cansó de hablar por ratos, de las pláticas por video chat, de saber que no nos veríamos pronto.  Ustedes que leen esto, quiero que sepan algo importante; La distancia no es un problema, el problema somos los humanos que no sabemos amar sin tocar, sin ver o sin escuchar. El amor se siente con el corazón, no con el cuerpo.

Ahora sé que Dylan no tiene la culpa de haber decidido alejarse de mí, porque probablemente con los años con mis acciones pude haber hecho que tomara esa decisión. Leí en una página de Facebook una frase que me hizo entrar en razón. Cuando la leía me imaginé que el autor había sido Dylan.
“Nada es para siempre y lo entendí, lo entendí porque ya no tenía ganas de estar con ella, ya no tenía ganas de las típicas peleas sin sentido, ya no sentía ganas de que las cosas se arreglarán, incluso tenía miedo de que lleguemos hablar y lo solucionábamos. El sentimiento era el mismo, la amaba, pero la decepción era fatal y ella mató las ganas."

Con esta frase yo me acercaba más a la aceptación, dolía hasta el hueso, pero me hacía aceptar que la culpa era en ambas direcciones, hasta que una mañana volvía a caer...

EL DIARIO

06 de julio de 2018

Ha pasado una semana más desde la última vez que escribí, ha habido mucha diferencia desde la última vez que escribí. Hoy fue un retroceso en cada pequeño paso que había dado. Me levanté a las 10:00 am y ¡pum! Me invadió una tristeza enorme, toda la tristeza que estuve guardando cada día que levantaba mi rostro y sonreía. 

Las lágrimas no dejaban de caer por mi rostro. ¡Realmente le extrañaba, quería un fuerte abrazo suyo, y que me dijera, sabes que te amo, ya no aguanto estar sin ti! Miraba mi celular mientras le llamaba mil veces telepáticamente. Me obligué a dormitar más tiempo para dejar de sentir. No lo logré, todo empeoró. Comencé a sentir de nuevo la falta de aire, era tanta la tristeza que pensé en hacer lo que fuera para dejar de sentirla. Fue ahí cuando la parte razonable en mí supo que había llegado el momento que más había temido.  

Tomé mi celular inmediatamente, con un miedo en mis ojos por haber pensado terminar con mi sufrimiento y le envié un mensaje: Siento que no puedo más, ¿Cómo hago para dejar de sentirme así?

Realmente lo que ese mensaje decía era: ¡AYÚDAME, TENGO MIEDO DE ESTA PARTE DE MI!

No podía contarle a mis padres mi sentir porque sabía que ellos estarían más preocupados y consternados por mí. Y no soportaría que mis padres sufrieran, bastaba con mi sufrimiento. No contestó inmediatamente. Me contuve yo misma obligándome a dormir.

Horas después contestó diciendo lo que yo ya sabía; él había decidido dejarme para siempre, me dijo que me distrajera con la gente a mí alrededor y que él había jurado no volver a “molestarme

Doy gracias a Dios de que me contestó horas después. Le respondí nuevamente diciéndole: Estoy mal. No hubo contestación.

Justo ahora escribo con tristeza, desilusión, asustada, mis manos me tiemblan, mis ojos gritan ¡Ayuda! Pero mi yo protector de lo que amo me dice: Soporta todo esto, no hagas que tus padres sufran por su pequeña, y que la ira que creció en ti, crezca en ellos.










Fabiola Ordoñes Santillan

miércoles, 4 de julio de 2018

CAPÍTULO 1 ADIÓS PISO FIRME


Se sentía como en aquel partido de sexto grado cuando jugabas fútbol con los niños de tu salón, y recibías accidentalmente un fuerte balonazo en el estómago. Sólo que en esta situación no había cancha, balón y amigos que corrieran a ayudarte a respirar. Solo estaba yo, mi teléfono celular, el dolor que me impedía respirar y mi corazón roto.

ADIOS PISO FIRME

Su nombre era Dylan Sorian, tenía 17 años cuando le conocí, popular, galán, amable y divertido. En ese tiempo no estaba interesada en salir con alguien, sólo me importaba la escuela, mis amigas y la televisión. Pero de algún modo la forma en que hablaba con la gente, te generaba confianza para acercarte a charlar. Y así fue; primero con simples saludos, pláticas cortas en los pasillos, caminar a tomar el transporte, salir un par de veces al cine ¿En qué terminó todo después de 8 años juntos? ¿Hijos no deseados? ¿Boda? En lágrimas.

En la preparatoria todo era fácil, no había preocupaciones de ningún tipo, y aun así Dylan y yo pelábamos todo el tiempo. Porqué se iba a casa sin avisar, porque no le llamaba, porque hablaba con chicas que no me agradaban, porque yo era celosa, porque él quería verme más seguido, por las contraseñas de nuestras cuentas, porque pasaba mucho tiempo con mis amigas, porque él no me presumía tanto como yo quería, porque yo no era romántica, porque él era demasiado romántico, porque siempre visitábamos los mismos lugares. Porque éramos niños y no sabíamos cómo funcionaba el amor.

Los primeros dos años, fueron los más complicados, puesto que nos comenzábamos a conocer, sin embargo nunca nos dejamos de hablar más de 24 horas. Nos amábamos, nos aceptábamos, nos perdonábamos. Con el  paso del tiempo fuimos comprendiendo que no importaban nuestras diferencias, mientras hubiera amor y supiéramos hablarlo siempre estaríamos juntos. 

El año número tres y cuatro fueron los años que más tiempo pasamos juntos sin tener grandes peleas, dulce época. El año cinco y seis fue una etapa de crisis, nos veíamos menos, hablábamos menos, teníamos mucho trabajo universitario, y el carácter elevado. Comenzaron las separaciones por ambos lados, duraban días e incluso semanas y a pesar de ello. Permanecimos. Los últimos dos años fueron los más hermosos años que pasé con Dylan, pero también fueron los años más difíciles en nuestras vidas. Terminamos la vida universitaria y comenzamos la vida laboral, esta vida que terminó separándonos.

Todo el tiempo me la pasé culpando al trabajo por nuestra separación. Porque no teníamos tiempo para sentarnos a platicar, porque no podíamos vernos debido a estar a siete horas de distancia, porque solo queríamos descansar en lugar de alimentar la relación. Ahora sé que el trabajo no tuvo la culpa, fuimos nosotros. No él, no yo. Ambos.

Yo puedo reconocer las cosas en que fallé, fueron muchísimas, pero en ningún momento deje de sentir la intensidad del amor que tenía por él. Sin embargo, el dejó a un lado nuestro amor, por buscar el éxito personal. Empresas reconocidas, trabajos remunerados, y negocios, fueron las cosas a las que le otorgó el privilegio de gobernar en su vida.

Pensé que era muy egoísta por perseguir esas aspiraciones sin tenerme en su vida. Pero también supe que yo sería egoísta si no le dejaba ir por ellas. Así que con el corazón en mi mano y la opresión de mi pecho le dejé ir. Una vez alguna persona en el mundo dijo: No puedes obligar a alguien a quedarse.

No era la primera vez que él me dejaba. Costó doble sufrimiento el aceptar dejarlo ir, y esta vez para siempre.

viernes, 6 de febrero de 2015

Lo que fue de ella. Frases

FRASES
Cada mañana me levanto y me digo esto: Es sólo un día, un periodo
de veinticuatro horas para superarte a ti mismo.



.
Cuando llego al estudio, Aldous está esperando fuera bajo el toldo. Me
mira, luego a mi cigarrillo y regresa a mi cara. Sé por la manera en que me mira, que está tratando de decidir si necesita hacer de policía bueno o
malo. Tengo que verme como una mierda porque opta por el policía bueno.

Los rumores, incluso los verdaderos,
son como las llamas: sofocan el oxígeno, chisporrotean y mueren.

—¿El “Genial” y la “Friki”?


Nunca he golpeado a una mujer en mi vida, pero por un minuto quiero
golpearla en el rostro, darle una idea del dolor que ella está describiendo
tan a la ligera. Pero me contengo y ella sigue, sin idea.

 Y sé lo que realmente está preguntando,
incluso si no lo hace: ¿Cómo se siente que la única cosa valiosa que has
creado provenga de la peor clase de pérdida?

¿Y cómo le digo a Aldous, cómo le digo a cualquiera de ellos, que la
música, la adrenalina, el amor y todas las cosas que mitigan lo difícil que
esto se ha vuelto, se han ido? Todo lo que queda es este vórtice. Y estoy
justo en el borde de él.

Mi cuerpo entero está temblando. Lo estoy perdiendo. Un día podría ser
sólo de veinticuatro horas, pero a veces sobrevivir a través de uno sólo
parece tan imposible como escalar el Everest


Mira el atardecer, me digo a mí mismo. Mira algo lleno de
belleza. Pero cuando vuelvo a mirar al cielo este es del color de un
moretón.

Idiota temperamental. Así fue como me llamó la reportera. Ella era odiosa,
pero en eso tenía razón.

Mi mirada regresa a la tierra y cuando lo hace son sus ojos los que veo. No
como los solía ver, a la vuelta de cada esquina, detrás de mis parpados
cerrados al iniciar cada día.

No quiero verla, me digo a mí mismo, no voy a verla. Sólo
quiero escucharla.

 Hace 5 años, en nuestra primera cita. Justo como sentí aquella noche, estoy lleno de gran anticipación, aun cuando se que no será como esa noche. Esta noche
no la besaré. O tocaré. O la veré de cerca.
Esta noche escucharé. Y eso será suficiente.



Se fue a Julliard un día después del Día del Trabajador. Yo la llevé al
aeropuerto. Me dio un beso de despedida. Me dijo que me amaba más que
a su propia vida. Luego pasó a través de seguridad.




—Oh —digo escarmentado, confundido. Por un segundo me pregunto si
estoy a punto de recibir una reprimenda.
El guardia dice—: A la señorita Hall le gustaría que viniera detrás del
escenario.

El guardia me lleva a una pequeña habitación,
abre la puerta y la cierra, y de repente ella está ahí. Realmente ahí. Una
persona de carne y hueso, no un fantasma.

Mi primer impulso no es tomarla, besarla o gritarle.
Simplemente quiero tocar sus mejillas, aún enrojecidas por la interpretación de la noche.

Quiero cortar a través del espacio que nos separa, medido en pies, no en
millas, continentes, o años, y llevar un calloso dedo a su rostro. Quiero
tocarla para asegurarme de que realmente es ella, no uno de esos sueños
que tantas veces tuve después de que ella se fue, cuando la veía tan clara
 como el día, y estaba listo para besarla o tomarla conmigo, sólo para
despertar con Mia más allá de mi alcance.

No puedo tocarla. Ese es un privilegio que me fue revocado. En contra
de mi voluntad, pero aun así. Hablando de voluntad, tengo que mantener
mentalmente mi brazo en su lugar, controlar el temblor de convertirse en un taladro.

—¿Eres tú de verdad? —Y su voz,
es exactamente la misma. No sé por qué me esperaba que fuera diferente,
excepto que todo es diferente ahora.
Su voz me sacude de nuevo a la realidad. De vuelta a la realidad de los
últimos tres años. Hay tantas cosas que exijo que me diga. ¿A dónde
fuiste? ¿Alguna vez piensas en mí? Me has arruinado. ¿Estás bien? Pero,
por supuesto, no puedo decir nada de eso.

Entonces, ¿cómo estás?
¿Cómo estoy? ¿Es en serio? Me obligo a levantar la mirada y ver a Mia por
primera vez. Ella sigue siendo hermosa. No en una manera obvia como
Vanessa LeGrande o Bryn Shraeder. Sino de una forma tranquila que
siempre ha sido devastadora para mí.

Los ojos de Mia encuentran los míos, y por un segundo temo que mi
fachada se derrumbará. Miro hacia otro lado.

Por tres meses, yací acostado en mi cama de la infancia, deseándome en
coma como Mía había estado. Eso tenía que ser más fácil que esto.

-¿Tú fumas ahora?
—No —Mia responde—. Pero acabo de tener una muy intensa experiencia
y me han dicho que el cigarrillo calma los nervios.
La intensidad de un concierto, a veces me deja reprimido y nervioso. —Así
me siento luego de los shows —le digo asintiendo.
Sacó un cigarrillo para ella, su mano aún temblorosa, así que sigo
prendiendo la punta del cigarrillo con mi encendedor. Por un segundo me
imagino agarrando su cintura para mantener su equilibrio. Pero no lo
hago. Yo sólo persigo el cigarrillo hasta que la llama parpadea a través de
sus ojos y enciende la punta. Ella inhala y exhala, cogiendo un poco. —No
estoy hablando del concierto, Adam —me dice antes de tomar una
elaborada inspiración—. Estoy hablando de ti.




—¿Qué hay acerca de los nombres? —preguntó Mia.
De nuevo al pasado, solíamos ir por nombres de músicos; ella escogería
una cantante de punk de la vieja escuela y yo escogería un músico clásico.
Joan o Frederick. O Debbie y Ludwig.
—Tú escoges —dije, porque no estaba muy seguro cuanto del pasado se
supone que debiéramos revivir. Hasta que vi los nombres que puso. Y
luego casi me caigo. Kat y Denny.
Cuando nota mi expresión se ve avergonzada.
—También les gustaba jugar a los bolos —se apresuró a explicar y cambio
rápidamente los nombres a Pat y Lenny

La miro en las sombras de la ciudad apagada, su cabello cayendo sobre su
rostro y puedo ver que trata de averiguar si me he perdido. Y tengo que
luchar contra el impulso de tomarla por los hombros y estrellarla contra
un edificio cerrado hasta que sintamos las vibraciones resonando a través
de ambos.

Porque de pronto, quiero escuchar sus huesos crujir. Quiero
sentir la suavidad que ofrece su carne, escuchar su grito de asombro
mientras el hueso de mi cadera se estrella contra el de ella. Quiero tirar su
cabeza hacia atrás hasta que su cuello esté expuesto. Quiero rasgar mis
manos por su cabello hasta que su respiración sea entrecortada. Quiero
hacerla llorar y lamer sus lágrimas. Y luego quiero llevar mi boca a la de
ella, devorarla en vida, transmitirle las cosas que no puede entender.


Nunca había visto la Estatua de la Libertad. Hay mucha gente. Aldous me
invitó una vez a un tour en un helicóptero privado, pero yo no me monto
en esos. Pero ahora que ella está justo aquí, puedo ver por qué está en la
lista de Mia. En las fotografías, la estatua siempre luce un poco sombría,
determinada, pero de cerca, es más suave. Pero tiene una mirada, como si
supera algo que tú no.
—Estás sonriendo —me dice Mia.
—Es agradable —dice Mia—. No la he visto en un tiempo.

—¿Quieres saber en dónde viven los espíritus de tu familia?
Repentinamente, siento como si estuviera hablando con un espíritu. El
fantasma de la Mia racional.
—Están aquí —dice ella, dándose un golpecito en el pecho—. Y aquí —dice,
tocándose la frente—. Los escucho todo el tiempo.


—¿Puedes oírlos ahora?
Hace una pausa, escucha, y asiente.
—¿Qué están diciendo?
—Están diciendo es que es un placer verte, Adam.


—No estoy asustada de los osos —dijo Mia desdeñosamente.
—Entonces, ¿Qué es?
—Yo, yo me siento como un objetivo perfecto aquí afuera.
—¿Objetivo perfecto para quién?
—No lo sé, personas con armas. Todos esos cazadores.
—Eso es ridículo. La mitad de Oregon caza. Toda mi familia caza, y ellos
cazan animales no campistas.
—Lo sé — dijo con una vocecita—. No es eso realmente… simplemente me
siento indefensa. Es sólo, no lo sé, el mundo parece tan grande cuando
estas al aire libre. Es como si no tuvieras un lugar, como cuándo no tienes
un hogar —Tu lugar está justo aquí —le susurré, recostándola y abrazándola más
cerca.


-Dejarlo no es duro. La decisión de dejarlo es difícil. Una vez
que te haces la idea, el resto es fácil.
—¿En serio? ¿Esa es la forma en que me dejaste?
Y así, sin pensar, sin decirlo en mi cabeza, sin discutirlo conmigo mismo
por días, sale.

—Estabas tan ocupado tratando de ser mi salvador que me dejaste sola —
dice—. Sé que estabas tratando de ayudar, pero me sentía, a la vez, como
si estuvieras apartándome, ocultándome cosas por mi propio bien y
convirtiéndome en más que una víctima.

Después de todo, los he perdido, también.

Sólo el estar aquí, estar lejos, fue todo mucho más fácil de una
manera que no había previsto. De una manera que no pensé que mi vida
podría ser más. Fue un gran alivio.

Ella dice que tengo que elegir: elegirte, o elegirme. Ella es
la última en pie.

No podía llamarte en un principio.
—¡¿Por qué?! —le grito—. ¿Por qué no?
Mia me enfrenta ahora. El viento está azotando su cabello de esta manera
en la que se ve como una especie de bruja mística, bella, poderosa, y
escalofriante al mismo tiempo. Ella niega con la cabeza y comienza a
alejarse.
¡Oh, no! Hemos llegado hasta aquí por el puente. Ella puede volar la
maldita cosa si quiere. Pero no sin decirme todo. Yo la agarro, le doy la
vuelta para que me enfrente.
—¿Por qué no? Dime. ¡Me debes esto!
Ella me mira, directamente a los ojos. Tomando un objetivo. Y luego
aprieta el gatillo.
 —Porque yo te odiaba.
—¿Me odiabas? ¿Por qué?
—Hiciste que me quedara.

 ¡Tienes que dejarme decir esto, Adam! Tienes que
escucharlo. Hubiera sido más fácil morir. No es que quiera estar muerta
ahora. No lo hago. Tengo mucho en mi vida por lo que siento satisfacción,
que me encanta. Pero algunos días, sobre todo al principio, era tan difícil.
Y no podía dejar de pensar que hubiera sido mucho más sencillo ir con el
resto de ellos. Pero tú… me pediste que me quedara. Me rogaste que me
quedara. Te impusiste sobre mí y me hiciste una promesa, tan sagrada
como cualquier voto. Y puedo entender por qué estás enojado, pero no me
puedes culpar. No me puedes odiar por tomarte la palabra.
Mia está llorando ahora. Estoy atormentado por la pena, porque yo la
reduje a esto.


Y de repente, lo entiendo. Entiendo por qué me llamó a ella en el teatro,
por qué vino a mí una vez que me fui de su camerino. De esto es lo que la
gira de despedida realmente se trata… Mia completando la ruptura que
comenzó hace tres años.

Dejándolo ir. Todos hablan de ello como si fuera la cosa más fácil.
Desplegar tus dedos uno por uno hasta que tu mano está abierta. Pero mi
mano se ha cerrado en un puño desde hace tres años; está firmemente cerrada. Todo en mí está firmemente cerrado. Y a punto de apagarse por
completo.

 Debido a
que todo lo que puedo oír ahora es un rugido en mi cabeza, un grito mudo
mientras Mia desaparece y trato de dejarla. Pero hay algo más, también. Una pequeña voz tratando de abrirse paso, de penetrar a través del rugido de nada. Y la voz se hace más fuerte y más
fuerte, y es mi voz esta vez y está haciendo una pregunta: ¿Cómo lo sabe
ella?





Hice lo correcto. Ahora lo sé. Debo de haberlo sabido siempre, pero ha sido
tan difícil de ver a través de toda mi rabia. Y está bien si ella está enojada.
Incluso está bien si ella me odia. Fue egoísta lo que me pidió que hiciera,
aunque terminó siendo la cosa más egoísta que he hecho.
La cosa más egoísta que tendré que seguir haciendo.
Pero yo lo haría de nuevo. Ahora lo sé. Me gustaría hacer esa promesa mil
veces y perderme mil veces de haberla escuchado tocar ayer por la noche o
para verla en el sol de la mañana. O incluso sin eso. Sólo para saber que
ella está en algún lugar. Viva.

Pero yo no estoy llorando por el dolor. Estoy llorando de gratitud.

 — Necesitaba alguien
para odiar, y eres al que más amo, por lo que eso cayó sobre ti.

Un Concierto no significa pararse frente a miles de personas
como un blanco. Significa unirse. Significa armonía.

No deseo su muerte. —Hace una pausa—. Aunque no estoy tan segura
con la tuya. Brayn



 Las piernas de Mia ya no tocaban el suelo, estaban envueltas
alrededor de mi cintura, sus manos clavadas en mi pelo y mis manos
enredadas en ella. Y nuestros labios… No había suficiente piel, suficiente
saliva, suficiente tiempo, nuestros labios estaban tratando de compensar
todos estos años perdidos. Nos besamos. Se encendieron los interruptores
de alta tensión.

—Seré tu acompañante —le digo—. Tu groupie. Tu utilero. Tu lo que sea.
Dondequiera que vayas, iré. Si así lo deseas. Si no, lo comprenderé.

- Siempre podré componer y tocar.
Incluso grabar de nuevo, pero ahora sólo necesito algo de tiempo a solas
con mi guitarra para recordar por qué me metí en la música en primer
lugar. Me voy de la banda tanto si eres parte de la ecuación, o no. Y en
cuanto a convertirme en tu guardián, en todo caso, yo soy el que lo
necesita.

—Ahora es mi turno de velar por ti —susurra, acercándose a mí,
sosteniéndome y envolviéndome en su manta, como si me estuviera
desmoronando. Me sostiene hasta que puedo recuperar mi cromosoma Y.


No me compartes. Tú me posees.




Yo canto la canción con todo lo que tengo. Entonces llegamos al coro:
Ódiame. Devástame. Aniquílame. Recréame. Recréame. No es así, no es así,
no me vas a recrear.

Cuando me acerco a un lado del escenario, la
veo allí, donde siempre se sintió más cómoda, sin embargo, en el futuro
previsible, ella será mi reflector, y yo voy a ser una de sus cuerdas, y eso
se siente bien, también.

El público sigue cantando, sigue haciéndome caso, y yo sigo caminando
hasta que estoy lo suficientemente cerca para ver sus ojos. Y entonces
comienzo a cantar el estribillo. Con ella. Y ella me sonríe, y es como si
fuéramos las únicas dos personas aquí, las únicas que saben lo que está
sucediendo. Y es que esta canción que todos estamos cantando juntos se
está reescribiendo. Ya no es un escrito furioso gritado al vacío. Justo aquí,
en este momento, por delante de ochenta mil personas, se está convirtiendo en algo más.
Este es nuestro nuevo voto.

viernes, 16 de enero de 2015

Microrrelato: El Frisbee del Amor.

En una linda playa, conocí al amor de mi vida, pasaba mis vacaciones de verano con mi familia en un hotel cercano. Era una joven muy tímida y antisocial, si alguien me hubiera visto en ese tiempo se sorprendería de que alguien se hubiera fijado en mí.
Mis primas me convencieron de salir con ellas a pasear por la playa, cuando llegamos corrieron a zambullirse en el agua, mientras yo me acomodaba debajo de una palmera para leer un libro que había leído al menos ocho veces. Cuándo me disponía a comenzar a adéntrame en mi mundo de fantasía, un Frisbee golpeó mi cabeza e hizo que mis anteojos salieran volando, un chico se aproximaba a mi, pero no alcanzaba a distinguirlo, puesto que estaba demasiado lejos para una chica que necesita anteojos.
Comencé a palpar la arena, hasta poder encontrarlos, me los puse tímidamente, y al levantar la cabeza, unos enormes ojos azules me miraban con cautela.
-¿Estás bien?
Solo sonreí, moviendo la cabeza de arriba a bajo, tomó el Frisbee de la arena y pensé que se iría a continuar con su juego, pero no lo hizo. Lanzó el objeto a sus amigos y les gritó ¡Jueguen sin mi, he conocido al amor de mi vida, y no pienso dejarlo ir!

Y esa frase fue el inicio de nuestra historia de amor…

EL Recuerdo de una Helada Noche


Y ahí estoy yo, corriendo en medio de la noche por la amplia carretera que conduce a las afueras de la ciudad.

Me siento asustada y a la vez feliz de salir de aquella prisión que comúnmente la gente llama hogar. Estoy en la parada del tren, la noche es helada y por mas que froto mis manos para mantener el calor, no puedo evitar temblar.

Al dar la media noche, el tren a arribado; Me apresuro a entrar a uno de los vagones mas cercanos, la temperatura ha cambiado y mis mejillas comienzan a recuperar su color habitual. Miro por la ventana y el vapor de mi boca empaña el cristal.

Ya han pasado quince minutos y el tren empieza a partir, meto mi mano dentro del bolsillo derecho sacando a la vista mi pequeño cuadernillo rojo en el cual suelo escribir mis pensamientos; Me resultaba difícil tener que dejarlo en casa así que antes de huir hurgué en el cajón de mi madre hasta poder encontrarlo.
Abro mi cuadernillo, comienzo a registrar la hora y el lugar en donde me encuentro y por supuesto mi próximo destino alguna Universidad para jóvenes escritores y si es posible lo mas retirado del lugar en donde me crié. La próxima vez que abra este cuadernillo será cuando haya realizado mi sueño.

Ya han pasado seis meses, ya viaje en tren, pedí aventones, camine por largas horas, toqué un sinfín de puertas, dormí en las calles, pasé frio, pasé hambre, mis ahorros se acabaron, perdí mi paciencia, mi esperanza, mi Fe e incluso mis sueños.

Hoy es navidad, la gente tiene sonrisas dibujadas en su rostro las cuales me contagia, pero me es difícil sonreír, mis labios permanecen inmóviles, congelados como respuesta del frio.
Un niño se acerca y me pregunta

¾    ¿Tienes frio?
¾    Si, lo tengo.
Me acabo de dar cuenta que es la primera vez que hablo en estos últimos tres meses. Algo esta sucediendo y no logro saber qué es, pero después de unos segundos me doy cuenta que el niño luchaba contra su chaqueta intentando quitársela para cubrirme del frio.
¾    Toma, yo tengo muchas en casa –me dice el niño mientras pone su chaqueta alrededor de mi cuerpo, es tan pequeña que solo me alcanza a cubrir parte de mi cuello.
Antes de agradecerle al niño por su bondad, mi visión comienza a nublarse y caigo desmayada.
Cuando desperté, me encontré en un amplio cuarto con altas paredes blancas, por un momento pensé que había muerto.

Un hombre alto con ojos grises y una impecable bata blanca se acercó a mí y me dijo “Estarás Bien” No entendía lo que sucedía hasta que una enfermera me lo contó todo.

Resultó que el padre del niño que me dio su chaqueta aquel día, me trajo inconsciente al hospital y se encargó de pagar todos mis gastos médicos.  Cuando el señor se acercó conmigo se presentó muy amablemente y me contó que trabajaba como director de una importante universidad para escritores en California, me dijo que había encontrado mi cuadernillo rojo de entre mis viejas ropas buscando a alguien a quien llamar pero solo encontró a una persona con mucho talento, me ofreció la oportunidad de estudiar en su escuela con una beca del cien porciento y posteriormente me quedé a trabajar como maestra de literatura. Hoy en día me siento la persona mas feliz del mundo, he cumplido mi sueño y amo mi trabajo.


Muchas personas piensan que el talento es cuestión de suerte, pero muy pocos saben que la suerte es cuestión de talento.



Fabiola St

Resumen Extenso del libro "Los juegos del Hambre: En Llamas"



Los Juegos del Hambre: En Llamas

El segundo lanzamiento de la exitosa trilogía de Suzanne Collins titulada “Catching Fire” traducido al español  como “En llamas” nos narra la vida de Katniss Everdeen y Peeta Mellark (tributos del distrito 12) después de resultar triunfadores de los juegos anuales del hambre se mudan a una nueva casa dentro de su distrito a la cual el capitolio llama aldea de los vencedores. Pero este no a acabado, después de que los tributos ganen los juegos anules tiene que hacer un recorrido por todos los distritos de Panem hablando frente a toda la gente de distrito, recibiendo ovaciones de ellas pero realmente guardan en secreto el rencor que tienen hacia Peeta y Katniss por haber matado a sus tributos.

La mañana del primer día del tour Katniss se encuentra cazando en el bosque atravesando los limites del distrito, Gale y ella se han estado viendo todos los domingos ya que Gale comenzó a trabajar en las mina; ella se encarga de cazar animales y llevárselos a la madre de Gale, no solo lo hace por que es muy unida a su familia, sino porque mantiene su mente ocupada para mantener a raya sus pensamientos como contendientes en los juegos del hambre. Después de llevar la caza del día a la madre de Gale, Katniss se siente en deuda con todas las personas del Quemador, en una platica con Gale se entero que Sae la Grasienta la vieja que sirve sopa, empezó una recolección para patrocinar a ella y a Peeta durante los juegos; así que Katniss recorre el quemador repartiendo sus compras, para de alguna manera recompensar a esas personas que la mantuvieron viva de dentro de la Arena.

Al retirarse del Quemador se dirige a la aldea de los vencedores.
Peeta pasa el mayor de su tiempo dentro de la cocina horneando, con el mismo propósito que Katniss intentar olvidar lo que sucedió en la Arena. La relación de Katniss y Peeta es muy tensa ya que durante la Arena fingieron estar enamorados con la intención de salir vivos de los juegos, pero ahora muy apenas pueden mirarse a los ojos.

Cuando Katniss llega a casa, se encuentra con el Presidente Snow, ella sabe que su visita no es buena desde que burló sus sádicos juegos del hambre, cuando el Capitolio decreta que solo un tributo puede vivir y tienes la audacia de desafiarlo entonces se supone que estas armando una rebelión, Katniss mantuvo a Peeta y a ella con vida y su única defensa para qué ambos salieran victoriosos de los juegos era fingir que estaba enloquecida por un amor hacia Peeta.
Katniss tenía mucha razón respecto a las intenciones de Snow; este le dijo que la había estado espiando sus salidas con Gale todos los domingos a los alrededores del distrito y amenazó con matarlo si ella hacia algún acto de rebelión durante el tour de la Victoria.

En conclusión ella tenía que seguir fingiendo estar totalmente enamorada por Peeta para no levantar sospechas de que el Capitolio había perdido poder sobre Panem.
Katniss le cuenta lo sucedido a Haymitch y este le dice que lo mantenga en secreto.
Peeta y Katniss deciden hacer las pases pues Peeta no quiere que se sigan ignorando en la vida real y escondiéndose de las cámaras cada vez que aparecen y le ofrece a Katniss su amistad.

El primer distrito que visitan es el distrito 11; el distrito de Rue, el Capitolio les dio un guion sobre su discurso, una de las reglas es que si un vencedor tenia alianza con alguno de los tributos en la Arena, aparte del discurso puede agregar comentarios personales; a Katniss se le dificulta hablar frente a las familias de Thresh y Rue, así que deja a Peeta que hable por ella, pero al mirar a la familia de Rue siente que está en deuda con ella así que antes de irse decide decir unas cuentas palabras “Quiero ofrecerles mis agradecimientos a los tributos del Distrito Once. Sólo hablé con Thresh una vez. Tan sólo lo bastante como para que me perdonara la vida. No lo conocía, pero siempre lo respeté. Por su poder. Por su negación a
jugar los Juegos con las reglas de nadie salvo las suyas propias. Los tributos profesionales querían que se aliara con ellos desde el principio, pero él no
quería. Lo respeté. Pero siento como si conociera a Rue, y siempre estará conmigo. Todas las cosas hermosas me la traen a la mente. La veo en las flores amarillas
que crecen en la Pradera junto a mi casa. La veo en los sinsajos que cantan en los árboles. Pero más que nada, la veo en mi hermana, Prim”

Después de haber terminado de hablar, un hombre comienza a silbar la canción de Rue de cuatro notas de los sinsajos y las personas ponen los tres dedos centrales de la mano izquierda contra sus labios y los extienden hacia ella. El alcalde del distrito 11 los despide y Peeta y Katniss caminan hacia dentro del Edificio de Justicia, al olvidar un ramo de flores en el estrado, ambos regresan por el y se dan cuenta que los agentes de la paz están arrastrando al hombre que silbo, lo suben por las escaleras y le disparan en la cabeza.
Continúan en el Tour de la Victoria por todos los distritos y el último lugar de su viaje es llegar al Capitolio, en donde tendrían una ultima oportunidad de probar que ambos están enamorados y que no hay motivo de rebelión en la entrevista con Caesar Flickerman.

Cuando Caesar les pregunta acerca de su futuro Peeta se coloca de rodillas y le pide a Katniss que se case con el y Katniss acepta. El publico está emocionado y locos de felicidad. El presidente Snow los felicita personalmente.

Cuando Katniss y Peeta regresan nuevamente al distrito 12, se suelta un rumor acerca que uno de los distritos esta haciendo un levantamiento contra el Capitolio y Katniss habla con Gale para que huyan lo mas lejos posible del distrito atravesando los bosques pero Gale ve el levantamiento del distrito 8 como una manera de unírseles a la batalla contra el capitulo y no accede irse. Como Gale no aceptó su plan; Katniss decide contarle a Peeta su plan; Peeta accede de inmediato pero le dice que antes de escapar se lo dirían a Haymitch.

Cuando Peeta y Katniss estaban apunto de llegar al centro del distrito para visitar a la madre de Peeta en la panadería, se encontraron con una multitud de gente en la plaza del centro y era ni más ni menos que Gale atado de las muñecas a un poste de madera con la piel roja levantada por los latigazos que ha recibido de un agente de la paz, Katniss corre tan rápido abriéndose paso entre la multitud para poder detener el golpe, al llegar en donde estaba Gale se interpuso entre el agente de la paz y él, por mas que levantó los brazos lo único que recibió fue un latigazo en el lado izquierdo del rostro. Katniss se pone la mano en la mejilla y antes de caer al suelo se detiene con la otra mano.  Cuando está apunto de recibir el segundo latigazo Haymitch llega a impedir que Katniss sea golpeada. El hombre del látigo reconoció a Haymitch antes de Katniss y se detuvo sin antes argumentar que Gale se encontraba cazando fuera de los límites del distrito. Haymitch lo amenazó de acusarlo  al capitolio y este dejó que se llevaran a Gale.

Días de pues del incidente con Gale, Katniss salió a cazar al bosque, necesitaba respirar lejos del distrito; se encontró con dos personas disfrazadas con trajes de agentes de la paz que huían del distrito ocho en busca del distrito 13. Katniss no entendía lo que sucedía pues tiempo atrás ese distrito había desaparecido por desafiar al Capitolio. Pero estas personas dijeron que el Capitolio había estado usando las mismas secuencias desde muchos años atrás del distrito 13 en la televisión. Katniss se lo cometa a Haymitch pero el piensa que solo es un falso rumor.
Cuando todos se encuentran reunidos en casa un aviso del Capitolio aparece en la pantalla, es el presidente Snow que informa que en el septuagésimo quinto aniversario de los Juegos del Hambre habrá el tercer Quarter Quell diciendo lo siguiente.
 -En el septuagésimo quinto aniversario, como recordatorio a los rebeldes de que incluso los más fuertes de entre ellos no pueden superar el poder del Capitolio, los tributos masculino y femenino serán cosechados de entre su existente colección de
vencedores.

Absolutamente esto quería decir que Katniss regresaría a la Arena. Katniss salió corriendo de su casa en busca de un lugar en donde reinara el silencio y cuando por fin se calmó fue a buscar a Haymitch para hablar sobre lo que acababa de suceder, Katniss quería que Haymitch regresara a la Arena, pero en el fondo ella sabia muy bien que Peeta se presentaría voluntario si es que Haymitch saliera elegido con la intención de protegerla, entonces Haymitch y Katniss llegaron a la conclusión de que esta vez harían lo posible para traer de vuelta a Peeta sano y salvo, ya que ambos se lo debían.

El día siguiente Haymitch, Peeta y Katniss comienzan a trabajar juntos, Effi les lleva videos de combate acerca de los contrincantes que participaran en estos juegos, la mayoría son personas adultos e incluso una anciana. Y es así como empiezan a buscar las debilidades de sus contrincantes. Aunque Gale no le tenga aprecio a Peeta y a Haymitch los visita todos los domingos para enseñarles todo sobre como hacer trampas.

Dentro de los videos de combate Katniss y Peeta deciden ver el video de los juegos en donde Haymitch resultó ganador. Vieron como estaba a punto de morir y fue salvado por Maysilee Donner ambos se aliaron pero al final se separaron para evitar quedar los dos al último y tener que matarse entre ellos. Maysilee se adentra en el bosque y minutos después se escuchan sus gritos, cuando Haymitch llega Maysilee esta muerta, ahora solo queda una contrincante y Haymitch, ambos luchan entre ellos y Haymitch gana por usar a su favor los límites de la Arena como un arma de combate.

Al llegar la ceremonia de apertura en donde presentan a los tributos del Quarter Quell, Cinna; encargado de la caracterización de Katniss Prepara todo para que Peeta y ella luzcan lo mejor posible, esta vez tienen que ir con un disfraz referente al carbón por que su distrito es el encargado de la minería.  
Katniss y Peeta lucen tan bien en sus vestuarios mientras suben a sus carros Katniss recuerda lo que Cinna le dijo “Cuando estés en el carro esta vez, no saludes, no sonrías. Sólo quiero que mires siempre al frente, como si toda la audiencia no mereciera tu atención.”
Antes de que Katniss y Peeta  vallan a sus entrenamientos con todos los tributos, Haymitch les sugiere que hagan una alianza con algunas personas y de algún modo asegurar protección dentro de la Arena.  

Katniss encuentra a los tributos del distrito 3 Wiress y Beetee agradables, Beetee habla con Katniss acerca de cómo reconocer un campo de fuerza.
El día final del entrenamiento cada tributo tiene quince minutos para realizar algo que sorprenda a los vigilantes de sus habilidades.

El primero en entrar es Peeta, con su habilidad para dibujar, coge varios tintes y dibuja un cuadro de Rue tal y como estaba después de que Katniss la cubriera de flores. El propósito de Peeta fue hacerlos responsables por matar a esa pequeña niña. Después de Peeta, Katniss entra a la sala; se dirige a la estación de nudos y agarra un trozo de cuerda, después de diez minutos a conseguido un excepcional nudo, coge uno de los maniquís de la sala y lo cuelga usando una de las barras de manera que pende del cuello y pinta con los dedos en el cuerpo del maniquí “Seneca Crane”

El día de la audiencia para ingresar a la Arena, Peeta y Katniss están listos para hablar frente a miles de personas, el Presidente Snow ordenó que Katniss usara un vestido de novia que el había puesto en votación, Cinna  se molestó pero al final accedió pero sin antes hacerle pequeña modificaciones; las cuales no fueron notificadas a Snow. Cuando Katniss subió a la tribuna, Caesar se encontraba ahí y le dijo lo siguiente “Katniss, obviamente esta es una noche muy emotiva para todos. ¿Hay algo que querrías decir?” A lo que Katniss respondió “Sólo que siento mucho que no puedas  ir a mi boda, pero me alegro de que por lo menos puedas verme en mi vestido. ¿No es acaso la cosa más bonita?”

Cuando Katniss terminó de hablar comenzó a girar tal y como Cinna le había indicado, al mirarse pudo notar que el vestido estaba empezando a quemarse y volviéndose negro como el carbón, Katniss no sabia lo que pasaba hasta que miró una de las pantallas que mostraban un toma entera de ella, estaba vestida de negro salvo por las zonas blancas en sus mangas. O debería decir sus alas. Cinna la había convertido en un sinsajo…
Al llegar el turno de Peeta, Katniss sabe que Peeta tiene algún discurso planeado, pero se sorprende al escuchar que Peeta le dice Caesar que ella y él estaban casados ya. Pero lo que no se esperaba fue que Peeta dijera que estaban esperando un bebé.

El momento ha llegado, Katniss llega a la Sala de Lanzamiento en la arena, Cinna la acompaña y le dice “recuerda, chica en llamas, aún apuesto por ti. Cinna se aparta mientras el cilindro de cristal se desliza hacia arriba pero todavía no se levanta hacia la plataforma, Katniss mira desconcertada a Cinna, el cual parecía perplejo, en eso la puerta que estaba detrás de él se abre y aparecen unos agentes de la paz que lo golpean hasta que queda inmóvil.

Cuando el platillo sube a la plataforma Katniss comienza a visualizar la arena y se da cuenta que esta rodeada con agua. Después de un tiempo dan el pitazo y Katniss se tira al agua nadando hacia la playa en donde encuentra un arco y al darse la vuelta encuentra a Finnick con su tridente en mano. Ambos deciden aliarse, al encontrar a Peeta, Mags la anciana que es compañera de Finnick se les une, y salen corriendo adentrándose a la selva. Peeta lleva la delantera, cortando a través de las zonas de vegetación densa con su largo cuchillo. Finnick va segundo porque incluso aunque es el más poderoso, tiene sus manos ocupadas cargando a Mags.

Cuando se detienen para evaluar el lugar Katniss se da cuenta que a pocos metros de ella hay un campo de fuerza, cuando esta a punto de advertirles, Peeta esta caminando metros delante de ella abriendo paso con su cuchillo y ahí es cuando sale disparado atrás desde el campo de fuerza atrás desde el campo de fuerza, tirando a Finnick y a Mags al suelo. Katniss se acerca  donde Peeta yace inmóvil y Finnick se acerca a darle primeros auxilios y Peeta despierta.

Todos siguen avanzando y después de un rato caminando deciden parar para descansar, Katniss trepa a un árbol y observa que la Arena es un perfecto circulo, Katniss se separa en busca de agua por que ya empiezan a deshidratarse y cuando regresa sin resultados, Finnick y Mags han construido una especie de cabaña. Resignados a pasar sed, se reúnen a platicar y en eso cae un pequeño paracaídas plateado que traía un misterioso artefacto, al que Katniss reconoció como un Spile. El Spile se utiliza para incrustarlo en los arboles y obtener la savia de ellos, lo hacen y el agua comienza a brotar el agua.

Al llegar la noche comienza a llover, Katniss toma el turno para vigilar, al cesar la lluvia se da cuenta que una niebla comienza a surgir, pero no es cualquier niebla; es como un gas venenoso, de inmediato alerta a los demás y todos salen corriendo alejándose lo mas rápido posible de la niebla. Finnick carga a Mags pero cuando se da cuenta que Peeta y Katniss están yendo muy lento regresa por ellos, como Peeta sigue herido Finnick le pide a Katniss que cargue a Mags mientras el se lleva a Peeta. Mags pesa al menos treinta y cinco kilos pero Katniss comienza a sentir los efectos de la niebla y comienza a caerse y no puede cargar más a Mags. Lo que sigue es desconcertante por que Mags le da un beso en los labios a Finnick, sonríe y se adentra a la niebla, su cuerpo da terribles sacudidas y muere.

Cuando Finnick no puede más cae al suelo con Peeta y Katniss cae tras ellos. Cuando la chica sabe que están a punto de morir la niebla ha desaparecido. Pero ya han llegado cerca de la playa, Katniss se mete al agua y se da cuenta que liquido blanco sale de sus heridas; el veneno.

Peeta hace lo mismo que Katniss y después ambos ayudan a Finnick a sacar el veneno y limpian sus heridas; ya que el chico yace en la Arena sin poder moverse. Al estar recuperados se dan cuenta que están rodeados de mutos en forma de monos. Todos sacan sus armas y comienzan a luchar contra los monos, cuando Katniss se queda sin flechas le dice a Peeta que le pase las que el había guardado en la mochila, Peeta se da vuelta para sacar las flechas y un mono sale disparado para atacarlo, Katniss se da cuenta y se lanza para proteger a Peeta pero sabe que no podría alcanzarlo, cuando cae al suelo sin triunfo, voltea y ve que la mujer del distrito 6 usó su cuerpo para proteger a Peeta, minutos después la mujer sonríe aferrándose a las ultimas palabras que Peeta le dirigió y muere.

Todos deciden que por el momento se quedaran a acampar en la orilla de la selva, cuando llega la hora de la comida van a pescar y reciben un paracaídas que trae consigo ungüento y pan. Disfrutan del exquisito banquete, terminando de comer divisan a lo lejos, justo donde comienza la orilla del mar una enorme ola bajando estruendosamente por la pendiente, golpea la existente agua salada con semejante fuerza que, incluso aunque los chicos se encuentran lejos de ella logra alcanzar sus tobillos.

La ola ha desaparecido y a lo lejos se pueden distinguir tres cuerpos; el primero viene está prácticamente arrastrado al segundo, y el tercero vaga en círculos, como si estuviera loco. 

Finnick reconoce de inmediato a  Johanna y corre hacia ella, Katniss y Peeta lo siguen, los otros dos cuerpos pertenecían a Wiress y a Beetee. Johanna les da un resumen de todo lo que le sucedió, empezando por ser bañada con lluvia de sangre, de haber perdido a su compañero al golpear un campo de fuerza y de informar como Wiress había sido apuñalado en la cornucopia, en cuanto a Wiress solo mencionó que se la ha pasado repitiendo “Tic, tac. Tic, tac.”

Después de que Katniss analizó la situación se dio cuenta que Wiress tenia razón que la Arena era un reloj.  Mandó a llamar a todos los que estaban ahí y les explicó que era lo que estaba sucediendo. Sin darse cuenta cuatro de los contrincantes atacaron, a la única que mataron fue a Wiress ya que todos respondieron rápidamente al reconocer el silencio, y de los cuatro atacantes solo sobrevivieron dos, Enobaria y Brutus.

Debido al suceso tuvieron que dejar la Arena y adentrarse nuevamente a la selva, caminaron por algunos metros y Katniss se separó de Peeta para cubrir a Finnick que buscaba un árbol para poner el Spile. Un grito de desesperación se escuchó alejándose de los arboles, Katniss se dio cuenta que era el grito de su hermana Prim, corrió buscándola pero no la veía, cuando voltea hacia arriba ve un pequeño charlajo que imita la voz de su hermana.  Katniss lo silencia con una flecha en la garganta. El pájaro cae al suelo le saca la flecha y le retuerce el cuello como precaución, sabia que no era real, y que era un truco sádico de los vigilantes; pero cuando Katniss es alcanzada por Finnick este escucha el grito de una mujer que pide ayuda, es Annie la chica que el ama. Ahora es Finnick el que sale en busca de la mujer, Katniss lo sigue tratando de explicarle que es solo un truco. Él está a punto de entrar en pánico cuando Katniss sube a un árbol y mata al charlajo tirándolo a los pies de aquél chico.

Los charlajos se caracterizan por imitar los sonidos de las personas, y es ahí cuando llegan a la idea de que tal ves, sus seres queridos hayan sido capturados y que ese grito sea real. Katniss ahora escucha la voz de Gale empezando a gritar. Finnick le afirma que no es real y la lleva de un brazo tratando de sacarla de allí, poco después se encuentran con Peeta y Johanna, lo extraño es que parece que ambos están hablando pero no logran escuchar nada. Hay una pared tan transparente, que Finnick y Katniss chocan contra ella y rebotan contra el suelo de la selva.  Fue por eso que Peeta no fue a buscarla pues una barrera invisible bloquea el área delante de ellos. Entonces empiezan a llegar los pájaros. Y

un concierto de los horrores cuidadosamente orquest
ado empieza a salir de sus bocas. Finnick se da por vencido, encogiéndose sobre el suelo, apretando con todas sus fuerzas las manos contra sus oídos y Katniss por mas que lucha contra las aves cae rendida a un lado de Finnick, al termino de la tortura, la barrera cae y Peeta corre al lado de Katniss tratando de calmarla.

En la noche se reúnen todos en la Playa para comer juntos, Katniss y Peeta deciden alejarse de su grupo cuando hayan matado a Enobaria y a Brutus. Beetee esta organizando una trampa cuyo objetivo es dejar a sus contrincantes electrocutados gracias al cable que siempre carga consigo mismo.
Para llevar a cabo su trampa pide a Johanna y a Katniss que vayan a la playa a estirarlo a través de la playa y sumergir el carrete metálico dentro de la profundidad del agua. Cuando ambas llegan a la playa Johanna golpea en la cabeza a Katniss y se queda tirada tratando de asimilar lo que había pasado, pero observa como Johanna se sube arriba de ella y le acuchilla su antebrazo una y otra vez, girando la punta de su cuchillo.

-¡Quédate abajo!- sisea

Katniss no entiende nada, pero su estado hace que se quede recostada en la orilla de la playa. Brutus y Enobaria se acercan, la dan por muerta y vuelven a escapar.
Cuando Katniss empieza a tranquilizarse recuerda que Peeta aun sigue en la selva y con dolor en su antebrazo sale en busca de Peeta, pero al único que encuentra es a Beetee que se encuentra tirado casi inconsciente. ¡KATNISS! Escucha gritar a Peeta, ella sabe que él está lo suficiente alejado. Así que decide mandar una flecha hacia la abertura que había en el campo de fuerza y a continuación la tierra explota en lluvias de polvo y plantas. Un aerodeslizador se ubica de lado de Katniss y al abrir los ojos el primer rostro que ve es el de Plutarch Heavensbee, Vigilante en Jefe, cuando el le cierra los ojos Katniss cae desmayada.
Al despertar Katniss se encuentra en una gran habitación .
Hay dos filas de camas una frente a la otra. Puedo junto a ella están los demás vencedores. Enfrente a ella se encuentra Beetee atado a muchos aparatos, ella solo piensa que “Solo déjenos morir” pero al volver en si lo único que piensa es en Peeta y en lo que la gente del capitolio estarían haciéndole, se levanta de la cama aun confundida.

A los primeros que encuentra es a Haymitch, Plutarch y a Finnick hablando dentro de una sala. Haymitch se acerca a ella y les explica que antes de entrar a la Arena tenían un plan para sacarlos de ahí, varios distritos estaban enterados. Plutarch habia sido durante varios años parte de un grupo que intentaba acabar con el Capitolio. Se aseguró de que el cable estuviera entre las armas y Beetee era el encargado de abrir un agujero en el campo de fuerza. Cuando el campo explotó trajeron a todos los que pudieron al distrito 13, fue cuando Katniss se dio cuenta que estaba en el distrito que siempre pensó que había desaparecido.

Cuando preguntó por Peeta le dijeron que los tributos tenían que mantenerlo con vida por que si el moría sabían que no habría modo de mantenerla en una alianza. Cuando volvió a preguntar por Peeta, Haymitch le dijo que había sido capturado por el Capitolio. Salvaron a Katniss antes que a Peeta porque ella era el sinsajo, el símbolo de la revolución que están planeando efectuar.

Al final de este libro Katniss recibe la visita de Gale informándole que su familia se encuentra a salvo y que el distrito 12 ha sido destruido.



Fabiola Ordoñes Santillan